Hace mucho que tengo móvil.
Alrededor de 1994 alquilamos una casa sin línea de teléfono en un pueblo pequeño, no muy lejos de donde vivo ahora.
En esa época también acostumbraba a salir varios días seguidos de excursión, a veces con amigos, pero muchas veces solo…
Así que, para no perder el contacto con la familia cuando iba solo y con todos los demás cuando iba con la familia, compré mi primer móvil: un Nec P100 como el de la foto (mide más de 20 cm. de alto sin contar la antena).
Eran tiempos de telefonía analógica, el servicio se llamaba Moviline y era ofrecido, por supuesto en exclusividad, por CTNE la Companía Telefónica Nacional de España.
La cobertura no era mala, aunque como ahora, en la montaña fallaba bastante, a no ser que te encontraras en la cima. El problema estaba en los móviles, eran cuatro veces mayores que los que usamos ahora y pesaban en consecuencia. Las baterías duraban horas, pongamos que 12, en espera y minutos llamando, así que era preciso tener más de una y además llevarlas encima.
Ha llovido bastante desde entonces. La telefonía celular siempre ha sido cara, pero al alcanzar la difusión extraordinaria de los últimos años (desde el 2001-2002 incluso los críos tienen su móvil), mucha gente ha prescindido de las líneas fijas y usar el móvil se ha convertido en algo inevitable: cuando antes hacías 5 llamadas por semana ahora tienes que hacer 50.
Por esta razón he tratado siempre de minimizar el consumo, contratando tarifas con horarios reducidos y llamando, siempre que ha sido posible, dentro de esos horarios.
Sin embargo las tarifas de las operadoras fueron complicándose más y más… hasta el punto de que llegué a desear fervientemente poder tener una tarifa única (y asequible), donde los horarios no fueran tenidos en cuenta y lo que es aún más importante no importara el operador al que llamara.
Hace aproximadamente un año descubrí de un golpe (gracias a Vicente Fons) dos opciones interesantes: Simyo como operador (OMV – Operador Móvil Virtual) y Justvoip como empresa de telefonía a través de Internet (voz sobre IP).
Simyo tenía (y tiene) una tarifa de 8 céntimos de euro por minuto, más 15 céntimos de establecimiento de llamada, no importa la hora ni el operador al que se llame. Usa la red de Orange.
Justvoip tiene tarifas a móviles para casi todos los países occidentales (España incluido, of course) de 7 céntimos por minuto, sin establecimiento de llamada. Para usar Justvoip no se necesita un ordenador.
Usando una línea fija convencional se marca un largo prefijo y después el número al que llamamos. Por este sistema las llamadas van perfectamente: buen sonido, sin cortes ni retardo, cosa que a veces sí ocurre con otras compañías IP e incluso con Justvoip si se llama a través del ordenador.
Para que este servicio resulte verdaderamente económico y no paguemos más de los 7 céntimos que he dicho, es necesario tener nuestro teléfono fijo en una de estas tarifas tan corrientes hoy en día que incluyen en el precio todas las llamadas a fijos nacionales. Por supuesto, las llamadas a Justvoip se consideran como a fijos nacionales.
¡¿Problemas?! Con Justvoip, y usándolo como he dicho: ninguno. Otras formas de llamar distintas a la que he explicado (por ejemplo desde celulares) pueden salir más caras y se prestan a confusión. De eso hablé hace meses. Pero actualmente estoy muy satisfecho con esta compañía.
No me ocurre lo mismo con Simyo. A pesar de ser el operador virtual de mayor éxito y crecimiento he tenido serios problemas con ellos. El más grave es que se pierden las llamadas. Es decir, marcas un número y la llamada se efectúa y tiene su coste, pero ni el que llama ni el llamado oyen absolutamente nada… así que lo normal en este caso es volver a llamar. El coste es, por tanto, un establecimiento de llamada y un minuto de tarifación desperdiciados, exactamente 23 céntimos de euro. Aparte lo mal que quedas cuando esto te ocurre varias veces con la misma persona.
A mí, en estos últimos meses me ocurrió al menos en 20 ocasiones. Y a Nena bastantes también. Cuando llamas a Atención al Cliente para quejarte, toman nota de la incidencia y te hacen perder el tiempo. Pero nunca lo resuelven ni recuperas el dinero perdido. En Internet he leído en algunos sitios que eso les ocurre más o menos frecuentemente a los usuarios de Simyo, aunque nadie ha explicado por qué sucede.
Hace unos días Nena portó su línea de Simyo a Pepephone. Yo seguí unos días más con Simyo hasta agotar el saldo. Cual no sería nuestra sorpresa al comprobar que desde mis números de Simyo (tengo dos) no puedo llamar a Nena: al hacer la portabilidad se les ha desfasado la base de datos y Simyo no encuentra la forma de llamar a ese número que hasta hace poco era suyo, dando un falso error del tipo ‘teléfono no encontrado’.
Para terminar, cuando les llamas para explicarles esto último, y de paso les cuentas que te marchas de Simyo por todas las razones expuestas, te contestan que tu marcha es una decisión personal y que no están interesados en conocer los detalles (¿?)
Ahora Nena y yo estamos ya con nuestras líneas principales en Pepephone.
Con contrato y portabilidad se puede acceder (al menos si se hace en septiembre de 2009) a través de Movilonia a una tarifa progresiva, sin establecimiento de llamada. Son 13 céntimos por minuto los primeros 3,5 minutos. A partir de aquí se pasa a tarifar a 7 céntimos por minuto el tiempo restante. Por supuesto, no importa el horario ni el operador al que se llame y se contabiliza el tiempo por segundos.
La verdad es que para nosotros, que hacemos pocas llamadas y normalmente cortas, esto supone un ahorro porcentualmente considerable.
Diré que Nena tiene ahora un móvil nuevo, un Samsung S5230 táctil comprado libre en Orly (una buena empresa de venta por Internet muy recomendada por sus usuarios). Estamos contentos, el móvil es chulo y va bien. No tiene una tecnología superavanzada, pero en general, Nena no la necesita.
Problemas que estamos teniendo: configurar el acceso a Internet y los MMSs está costando. Pepephone te manda un SMS con las configuraciones si tienes un móvil más o menos normal, como es el caso, sin embargo no está la cosa del todo bien y no nos ha funcionado. Arreglar lo de Internet no ha sido difícil. Lo de los MMS está costando un poco más. Y por alguna razón que ignoramos, no estamos consiguiendo comprar un par de juegos que a Nena le gustaría tener: hay algo que o no funciona o no sabemos hacer.
Conclusiones: si se quiere gastar poco y usamos el móvil para llamar y poco más, los operadores virtuales, excluyendo a Simyo, son una alternativa eficiente y bastante más barata que las compañías convencionales.
Por supuesto la mayoría de OMV no subvencionan terminales, pero a cambio tampoco exigen permanencias obligatorias y tienen las tarifas más competitivas. El problema es que el soporte es ‘virtual’: se limita a llamadas de voz y mensajes vía internet.
Obviamente, si hay problemas puede resultar más sencillo resolverlos en una tienda física que en una virtual.
Aparte de eso, todo son ventajas. Y si la telefonía celular se combina con la de voz sobre IP, el ahorro puede ser sustancial.
Terminaré este largo post diciendo que leí hace unos días en Yoiggers que en Corea están considerando prohibir por ley a los operadores subvencionar terminales, a fin de darles la oportunidad de ofrecer mejores tarifas y servicios.
Me parece una idea genial, de las mejores que he oído al respecto en los últimos tiempos. No solamente podrían bajar las tarifas, sino que además a algun@s clientes les ayudaría a moderar el hambre compulsivo de celular… esa costumbre de cambiar de móvil como de camiseta, debido a la (engañosa) sensación de que con los programas de puntos y otras zarandajas parecidas el teléfono sale gratis…
¡Nada más lejos de la realidad!
Adjunto una comparativa (sacada de Xatakamovil hace unas semanas) de tarifas móviles para quien esté interesado en echar cuentas.