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Pobeda: El reloj que bautizó Stalin

Desde mi primer (y único) post sobre relojes han pasado unos 4 meses y desde entonces mi colección ha aumentado. Y mis gustos, por el momento, se han centrado en los relojes de pulsera antiguos… digamos que entre los años 1930  a 1960.

No solo he sido yo quien le ha cogido el gustillo al tema. También Nena lo ha hecho y muy pronto os mostraremos algún ejemplar de su colección. Solo anticiparé que los suyos son auténticas bellezas, más antiguos que los míos, y que los adquiere en los rincones más insospechado del planeta.

Pero me estoy yendo del tema… Y es que hoy estreno un reloj soviético, de 1951 que, según cuenta la leyenda fue bautizado por (el miserable asesino) Stalin con el nombre de Victoria, en ruso Pobeda.

Así es, Pobeda es el nombre de la marca y aquí tienen una primera imagen del reloj…

Al parecer la Rusia revolucionaria no tenía una manufactura de relojes. No es que no hubiera fábricas en la URSS de la primeras décadas del siglo XX, lo que ocurría es que montaban piezas compradas en Suiza y otros lugares de Europa. No las fabricaban ellos mismos.

Con el tiempo fueron fabricando sus propias piezas y al final ya pudieron hacer sus propias manufacturas de relojes de bolsillo.

Después de la Segunda Guerra Mundial, y debido a las compensaciones de guerra, Rusia obtuvo de Alemania el equipamiento necesario para empezar a producir relojes de calidad.

Se instaló la llamada Primera Fábrica de Relojes de Moscú (ahora Poljot) y en 1946 se empezó la fabricación del K-26, antecesor de los Pobeda.

Como ya he dicho el modelo que yo he comprado es de 1951, tal como se puede ver en los números grabados en su maquinaria.

Así que, ya lo veis, tengo en mi muñeca uno de los primeros modelos de relojes de pulsera fabricados íntegramente en la extinta Unión Soviética.

Si queréis saber algo más sobre la relojería rusa os recomiendo un artículo magníficamente escrito e ilustrado por Vegaban y que encontraréis en FdR (Foro de Relojes). De ese artículo he tomado muchos de los datos que acabo de dar.

Termino con una anécdota y una foto.

La anécdota tiene que ver con la resistencia a todo de los primeros Pobeda y cuenta que los rusos no llevaban nunca a limpiar y engrasar estos relojes, muchos de los cuales funcionaron durante 30 y 40 años sin ningún mantenimiento. Por eso decían que los Pobeda no necesitaban engrasarse, ya que ellos mismos se auto-engrasaban con su propia porquería.

La foto es, por supuesto, de mi Pobeda ya puesto en la muñeca. Espero que os guste.

Pobeda 1MWF de 1951. En plena forma en mi muñeca 60 años después

Termino este post, dedicándolo a Marcelo, que con sus recientes comentarios ha sido el motor para que lo escribiera. También doy las gracias al resto de amig@s de Momeces y Solo 24 Horas, ya que sé que seguís aquí, a pesar de nuestras prolongadas ausencias.

¡Volveré!