La primera película que vi de Kim Ki-duk fue La isla, que me cautivó por su planteamiento fuera de lo común y por la belleza formal que a duras penas logra disimular una gran dureza de fondo.
He visto otras películas de este realizador, la mayoría con bastante ‘satisfacción’ si fuera ésta una palabra apropiada para describir las sensaciones que produce el cine de este autor.
Me gustó, cómo no, Hierro 3, especialmente cuando la vi en su idioma original… Llevo bien el tema de los doblajes, pero con el cine oriental, me inclino totalmente por las versiones subtituladas.
Samaritan Girl me pareció mucho más floja, aunque tiene su encanto morboso.
La más antigua que he visto, si no recuerdo mal, es Pimavera, Verano… que se me hizo pesada y, en general, carente de interés…
Os cuento esto porque si las habéis visto, os podéis hacer una ligera idea de mis gustos en lo que a este autor se refiere y así valoráis mejor mi opinión (que no crítica).
El otro día vi Pietà, que ha recibido críticas variadas y un León de Oro en Venecia. A punto estuve de dejarla después de 20 o 25 minutos de gran violencia inexplicada, que culminan en una sorpendente violación…
El caso es que insistí un poco más y ya todo fue quedando más claro…
Pietà plantea situaciones de individualismo salvaje y muestra cómo la crueldad arraiga en el ser humano que vive desde su infancia inmerso en el desamor. Por otra parte nos muestra una sociedad dividida entre afortunados y miserables. Los segundos son los que se nos muestran, pero también para éstos el dinero es casi siempre el talismán en el que depositan su confianza; débil talismán por el cual prácticamente todos sufren y algunos mueren.
La venganza también juega un papel importante y probablemente sea el único sentimiento que genera reacciones más duras, emfermizas y persistentes que las que provoca el dinero o su ausencia.
Pietà es una película sangrienta, pero a veces tierna, con un ritmo magistral (una vez superados los primeros minutos) y con interpretaciones que van de lo inexpresivo a lo inolvidable.
Diría que no debes perdértela… pero si no eres aficionado a este tipo de cine, te puedes llevar una desagradable impresión y dejar la película a medias. Tú mism@.